viernes, mayo 17, 2024
 

Las prácticas agrícolas sustentables: una llave para potenciar la descarbonización del agro en las Américas

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Desarrollar la agricultura tomando en cuenta la vegetación nativa del campo, acompañada de prácticas agrícolas sustentables como siembra directa, rotación de cultivos y cultivos de cobertura, es dar un paso en firme hacia la descarbonización del agro y la protección de la salud del suelo, un recurso crucial para la producción agropecuaria y la seguridad alimentaria global.

Bayer es uno de los aliados principales de la iniciativa Suelos Vivos de las Américas, que impulsan el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y el Centro de Manejo y Secuestro de Carbono Rattan Lal (C-MASC), de la Universidad Estatal de Ohio, dirigido por el reconocido científico estadounidense Rattan Lal.

El programa Suelos Vivos de las Américas se basa en varios pilares. Uno de ellos es la implementación de prácticas de agricultura regenerativa, para promover la salud del suelo mediante acciones sostenibles de mejora de la fertilidad, aumentando su capacidad de retención de agua y reduciendo la erosión. El segundo pilar se enfoca en la medición y captura de carbono en la agricultura, buscando ayudar a los productores a comprender y medir las emisiones de carbono que generan, además de fomentar métodos de reducción de emisiones.

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Así lo ha demostrado PRO Carbono, implementado por Bayer, primer programa comercial en sistema integrado de prácticas agronómicas de bajo carbono. La iniciativa ya se extiende a Argentina y Brasil, e involucra a más de 2.000 productores (1.800 en Brasil y 200 en Argentina) y proporciona las herramientas y conocimientos necesarios a los productores, impulsando así la producción sostenible y reduciendo el impacto ambiental. Esto beneficia no solo a los agricultores individualmente, sino que también contribuye a la preservación de los recursos naturales y a la mitigación del cambio climático a escala global.

“Tenemos más de 2.000 agricultores implementando buenas prácticas agrícolas para la mejoría de carbono en el suelo, sumados son unas 200.000 hectáreas que son trabajadas de esa manera. Les hacemos análisis de suelo, de fertilidad y de carbono, y al final de tres años vemos un cúmulo de carbono en el suelo por la aplicación de la siembra directa, la rotación de cultivos y prácticas que llevan a una mejoría de la salud del suelo”, explicó Alessandra Fajardo, directora de Alianzas de la Cadena de Valor Alimentaria para América Latina de Bayer.

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“Recogemos muestras de suelo en diferentes condiciones de cambio de uso de la tierra y de adopción de prácticas de agricultura regenerativa para ver cuáles podrían ser utilizadas para recuperar el carbono”, complementó Carlos Cerri, profesor de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz de la Universidad de São Paulo (USP) y quien forma parte del programa a nivel científico-investigativo.

Complementariedad

Desde el 2020, el IICA y C-MASC llevan adelante la iniciativa Suelos Vivos de las Américas, a la que además de Bayer se han sumado otras empresas, así como los ministerios de Agricultura de Brasil, Canadá, Chile, Colombia, El Salvador, México, Perú y Uruguay.

“Contar con el apoyo del sector privado es fundamental; debe participar activamente junto con los agricultores, los responsables de políticas públicas y la comunidad científica para adoptar prácticas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar el secuestro de carbono y mitigar el cambio climático. Los suelos son parte de la solución para la seguridad alimentaria y ambiental”, comentó al director del C-MASC, Rattan Lal.

“Por eso Bayer forma parte de esta alianza y por eso creemos mucho en Suelos Vivos de las Américas, porque creemos que esta es una solución y el camino para una descarbonización de agricultura”, añadió Alessandra Fajardo, de Bayer.

 
 
 

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